sábado, 29 de enero de 2011

El accidente de Bertie

A los 7 años, Herbert George Wells se rompió una pierna. O sería mejor decir que se la rompieron. El causante del mismo fue "el joven Sutton", el hijo mayor del dueño de La Camapana. Este era un pub británico que José Wells solía frecuentar. Los tres niños Wells habían ido al campo de criquet y estaban solos junto a la carpa que había montado el sr. Sutton, seguramente con el propósito de ir donde fueran los bebedores. El tal "joven Sutton" era un mocetón bien alto y cuadrado, y le vino a la mente la brillante ocurrencia de agarrar a Bertie y lanzarlo al aire repetidas veces a la par que exclamaba: "¡Bravo chiquitín!". Le recogía una y otra vez en sus brazos y lo volvía a lanzar al aire, hasta que en una de las veces le falló el cálculo, de modo que el chiquitín calló sobre el clavo que sostenía uno de los tirantes que aguantaba la carpa. El resultado: una tibia rota. Durante varias semanas el pequeño de la casa se pasaba todos los días devorando jaleas, frutas, carne, pollo que el dueño de La Campana le enviaba a diario. Como en aquella época no había televisión, radio, videojuegos ni otros inventos modernos que atontecen a nuestros hijos, y como podía pedir de todo, juguetes, lápices de colores, papel, libros, etc., el joven Wells pidió libros. Y gracias a este accidente a Wells empezó a gustarle la lectura.

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