miércoles, 5 de septiembre de 2012

El Planeta de los Simios

Estoy tratando de escribir un libro sobre los orígenes de la ciencia-ficción, desde Mary Shelley, autora de Frankenstein hasta HG Wells, autor de para mi, la primera verdadera novela de ciencia-ficción: La Máquina del Tiempo.

El resultado de lo que he escrito hasta ahora es un poco raro y me gusta a medias. Me gusta el contenido pero no el estilo literario. Pero no puedo hacer nada. Con 53 años, no creo que me convierta en un autor literario.

La búsqueda de contenido me ha llevado a reflexionar sobre los parecidos (o no) entre El Planeta de los Simios y La Máquina del Tiempo. Sin embargo, al hablar de estos dos hitos de la ciencia-ficción, tengo un problema. De las dos novelas se han filmado dos adaptaciones cinematográficas. Y ninguna de las dos es exactamente igual a su novela correspondiente. Hay notables diferencias. Del planeta de los simios hay tres películas diferentes, pero la única que conozco es la de 1968, dirigida por Franklin Schaffner e interpretada por Charlton Heston en el papel principal.

Para no liar demasiado al lector, voy a explicar un poco el tema por encima tratando de hablar sólo de lo común entre cada novela y su correspondiente adapatación cinematográfica.

Recordemos que en la novela de HG Wells de 1895, un Viajero del Tiempo (el autor no le pone nombre) viaja hasta el año 802.701 y se encuentra la raza humana escindida en dos: los Eloi, bellos y estúpidos, y los Morlock, malvados y caníbales. Las dos especies humanas son unos caminos erróneos de la Ley de la Evolución, que todos sabemos que nació con Darwin.

Por supuesto que los científicos actuales no creen que la evolución tenga caminos equivocados: sencillamente la especie que no se adapta a los cambios en el entorno, desaparecen. Pero no vamos a entrar en ese tema.

En el Planeta de los Simios (tanto en la novela de Pierre Boulle como en la película de 1968), el protagonista llega a un planeta similar a la Tierra, y descubre que hay dos especies de primates: por un lado, los simios (gorilas, orangutanes y chimpancés), que son inteligentes; por el otro, los humanos, que se comportan como los simios en nuestro planeta.

Además, el parecido está incluso en la belleza de las coprotagonistas femeninas: Weena en la novela de Wells; Nova en El Planeta de los Simios. Muy bellas pero igualmente bobas. La principal diferencia es que Weena habla y Nova no.

También hay una similitud más entre ambas novelas: ambas son distópicas.

Y otra similitud: en El plantea de los simios, también hay una máquina del tiempo. En este caso es la propia nave interestelar. Según la Teoría de la Relatividad de Einstein, si un astronauta se embarca en una nave  y viaja a una velocidad cercana a la de la luz durante un lapso de tiempo, cuando vuelva a la Tierra, habrá pasado por él menos tiempo que en nuestro planeta. Este es un efecto bastante conocido y usado por las novelas y películas de ciencia-ficción. De este modo, los astronautas viajan en el tiempo hacia el futuro.

Los humanos de El planeta de los simios son muy similares a los Eloi de La máquina del tiempo: bobos y estúpidos. Es de suponer que la novela del francés Pierre Boulle esté inspirada, en algún grado, en la novela de HG Wells.

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