jueves, 13 de septiembre de 2012

La Maquina del Tiempo y El Ultimo Hombre

Capítulo XI de la Máquina del Tiempo, página 50 y ss. de Project Gutenberg.


El Viajero del Tiempo, después de sus aventuras con los Eloy y los Morlock, viaja "miles de millones de días" hacia el futuro. Su intención es averiguar que pasa con el planeta tierra en el futuro. Cuando se da cuenta de que la sucesión de días y noches se ha detenido, para su máquina del tiempo. Se encuentra en una playa, el Sol no se ve entero, sólo se ve un resplandor por el sureste, pero el Sol es ahora más grande y de color rojo. Curiosamente, esta descripción del Sol como más grande, más luminoso y de color rojo es compatible con la evolución del Sol, que cuando pase 5 ó 6 mil millones de años, se convertirá en una estrella gigante roja, y que cuando complete el ciclo, absorverá a Venus y Marte y, quizás, a la Tierra. Pero antes se formará una subgigante. Ignoro si en los tiempos de Wells se conocía la evolución solar o no, pero es difícil creer que sucediera así.

 El Viajero del Tiempo se pone sentado encima de su Máquina para otear el horizonte. En dirección contraria al sureste (noroeste) el cielo está siempre negro como la tinta china y se ven las estrellas incluso de día. Las rocas alrededor de la playa eran de un "color áspero rojizo" y el único vestigio de vida que pudo ver al principio era la vegetación de color verde intenso que cubría cada lugar que miraba en dirección sudeste: "Era el mismo verde fuerte que uno ve en el musgo de los bosques o en el líquen de las cuevas.: las plantas que, al igual que éstas, crecen en un perpetuo crepúsculo."

A lo lejos, por la ladera desolada, oí un grito áspero y vi una mariposa blanca enorme revoloteando por el cielo, dando vueltas y desaparecer sobre unas lomas bajas más allá. El soniodo de su voz eran tan deprimente que me estremecí y me senté más firmemente en mi máquina. Mirando a  mi alrededor vi, que lo que había tomado por una masa de rocas rojizas, se movía hacia mi. Entonces vi que la cosa era realmente una criatura monstruosa con forma de cangrejo. ¿Puedes imaginar un cangrejo tan grande como una mesa, con sus muchas patas moviéndose lenta y vacilante, sus grandes garras balanceándose, sus largas antenas como látigos de carreteros, moviéndose balanceándose y sus brillantes ojos amenazadores acechándote uno a cada lado de su metálica frente...

Al mismo tiempo en que me quedé mirando fijamente tan siniestra aparición arrastrándose hacia mi, sentí un cosquilleo en mi mejilla como si una mosca me incordiara. Traté de quitarmela con la mano, pero en un momento volvió y casi imediatamente senti otra en mo oreja. Me golpeé otra vez y agarré algo filiforme con la mano. Se escapó algo rápidamente de mi mano. Con un espantoso escrúpulo me volví y vi que había cogido la antena de otro monstruoso cangrejo que estaba justo detrás de mi. Sus ojos malignos se retorcían en sus tallos, su boca estaba viva con apetito y sus enormes patas torpes, untadas del limo de las algas, descendían sobre mí. En un momento mi mano estaba sobre la palanca y puse un mes de distancia entre yo y los monstruos.

Dos observaciones:

  • Eso de sentir algo como una mosca molesta en tu cuello o tu mejilla y cogerlo con la mano y volverte y ver algo feo o monstruoso, ¿donde lo he visto antes? ¿En alguna película? ¿En una de la serie de Indiana Jones? ¿Cuanto debe el cine a HG Wells?
  • Eso de los monstruos cuyo origen es algún insecto o bicho pequeño que normalmente no asusta pero son agrandados por la imaginación del autor, ¿en qué película lo he visto? Primero creí que fue en la película Hace un millón de años (1966), pero me equivoqué. La escena de la pelea en la playa no fue con un monstruoso cangrejo, sino con una pacífica y tranquila tortuga convertida en monstruo por su tamaño gigantesco. La película que si contienbe una escena de pelea en una playa con un cangrejo gigante fue La isla misteriosa. Pero este nombre me suena de algo: ¿No es una novela de Julio Verne? Enseguida me viene a la cabeza una idea: ¿Copió Wells a Verne? Enseguida busco información de la novela y encuentro en Wikipedia un resumen que no menciona a ningún cangrejo gigante. Así que Wells no copió los cangrejos gigantes de nadie sino que más bien, los cangrejos de La isla misteriosa (película) parecen copiados de La máquina del tiempo. Información sobre el artista que fabricó este cangrejo gigante para la película, aquí.
Curiosamente, en la película La máquina del tiempo de 1960 el guionista cambió, entre otras muchas cosas, el final. Ya no hay un viaje hasta la desaparición de la Tierra, sino una vuelta a 1898, donde el Viajero del Tiempo cuenta su historia a sus amigos, y vuelve al año 802.701 para enseñar a los Eloi y a su amada Weena a leer y a recuperar la civilización humana.

¿Que tiene que ver todo lo anterior con el título de esta entrada? ¿Qué es el último hombre?

Mary Shelley, autora de Frankenstein o el último Prometeo, considerada por muchos la primera novela de ciencia-ficción, también escribió otra novela muchos años después, que también sería considerada por muchos como de ciencia-ficción. Esta novela, denominada The Last Man (El último hombre), nunca fue traducida al castellano, al menos que yo sepa.

La novela de Mary Shelley no sólo no fue muy popular, sino que fue muy criticada en su tiempo por su dureza. De hecho, desde su primera publicación en 1826, nunca fue publicada otra vez hasta ¡1965! (excepto una edición pirata que hubo en 1833 en los Estados Unidos).

Dejando aparte el tema de si esta segunda novela supuestamente de ciencia-ficción de Mary Shelley lo es realmente o no, lo que si es cierto es que es la primera vovela catastrofista de la historia de la humanidad. Parece ser que hay un poema muy anterior de un francés llamado Nosecuantos Grainville con el mismo tema. Es un tema muy bonito para desarrollar si alguien está interesado.

La segunda novela apocalíptica (y también de ciencia-ficción) fue publicada en 1839 por Edgar Allan Poe bajo el nombre La conversación entre Eiros y Charmion. Se trata de la discusión entre dos espíritus sobre la destrucción del mundo por un cometa que pasó cerca de la Tierra y se llevó consigo todo el nitrógeno de nuestro planeta dejando sólo el oxígeno.

La tercera novela de ficción apocalíptica fue After London (1885), de Richard Jeffries. En los primeros capítulos se describe como después de que una catástrofe sin definir que ha despoblado Inglaterra, la naturaleza se apodera de los campos de cultivo y de las ciudades, los animales domésticos se vuelven salvajes, Londres vuelve a convertirse en un lago pantanoso y venenoso y los escasos supervivientes vuelven a un estilo de vida medieval. Como no está definida la catástrofe, no puede ser considerada de ciencia-ficción.


La cuarta novela apocalíptica (que también es de ciencia-ficción) es La máquina del tiempo (1895), de HG Wells. Es apocalíptica porque al final de la novela, el protagonista viaja hacia adelante en el tiempo hasta que la Tierra muere bajo un sol hinchado y rojo.


La quinta y última novela apocalíptica del siglo XIX fue La guerra de los mundos (1898), también de HG Wells y también de ciencia-ficción. La humanidad está a punto de desaparecer a manos de los marcianos y es salvada, en última instancia, por la actuación de seres patógenos a los que la humanidad en resistente.

Ya en el siglo XX el género cae en desuso durante cuarenta años hasta que Stephen Vincent Bennet (1898-1943) publicó By the Waters of Babylone, novela en la que un hombre joven explora el nordeste de los Estados Unidos y encuentra los restos de una ciudad, posiblemente Nueva York, varias generaciones después de que una guerra en la que armas nuevas hubieran causado el “Great Burning,” algo así como el Gran Fuego o el Gran Calentamiento. Quizás esta sea la fuente de inspiración de la última escena de la película El planeta de los simios de 1968, que no de la novela, ya que la acción de esta última se produce en otro planeta - el planeta inventado Soror, que gira alrededor de Beltegeuse (una estrella de verdad), una estrella supergigante roja (no confundir con la gigante roja de principios de esta entrada). Es más conocido el hecho de que en la película del mismo título, los astronautas no regresan a la Tierra, que es en verdad el planeta de los simios, cosa que el espectador descubre sólo al final de la película.

Después de la Segunda Guerra Mundial y durante la Guerra Fría, como ya hemos dicho, renació el tema bajo la amenaza de las armas nucleares y de una tercera guerra mundial.  

¿Qué había cambiado entre 1826 y 1965? La sociedad, por supuesto. Las explosiones atómicas de Hirosima y Nagasaki cambiaron muchas cosas, pero entre ellas dió un impulso desconocido hasta entonces a la literatura y el cine catastrofista (que generalmente es también de ciencia-ficción). I am a legend (Soy una leyenda) de Richard Matheson y El último hombre sobre la Tierra (y su secuela, The Omega Man) son un buen ejemplo de ello. La última versión de este tema es la película Soy leyenda, protagonizada por Will Smith (2007).

De alguna manera, HG Wells rinde tributo a Mary Shelley, aunque desconozco si leyó la novela o tuvo alguna referencia indirecta de ella. El Viajero del Tiempo se convierte en el último honbre sobre la faz de la Tierra, aunque un último hombre reversible, ya que vuelve a su tiempo para narrar sus aventuras a sus amigos.

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