sábado, 22 de septiembre de 2012

Los acorazados terrestres de Wells

Se dice, y en parte es cierto, que HG Wells imaginó los tanques. Y en gran parte es cierto. Pero, ¿que imaginó exactamene y en que se basó?

En los más primitivos tiempos se inventó la rueda. La rueda reduce el coste energético del transporte. Una mula puede transportar, a lo mejor, 100 kilos en su lomo durante unos 10 kilómetros diarios. En un carro quizás pueda arrastrar 300 kilos a 30 km diarios.

Durante milenios, la rueda no sufrió ninguna alteración. Probablemente todo el mundo durante generaciones pensara que era inmejorable. Pero la rueda se atascaba en el barro, la nieve y el hielo. A lo largo del siglo XIX hubo intentos de crear algo que sustituyera a la rueda y que fuera apto para todos los terrenos.

En la Edad de Piedra, el hombre primitivo creó megalitos, enormes piedras alargadas puestas de pie. Se supone que las piedras, para su transporte, eran subidas sobre varios troncos de árboles tendidos sobre el suelo. El megalito era arrastrado por esclavos o caballerías, y el tronco que salía por detrás, era puesto delante por esclavos. Se creó así un sistema de tracción continuo y sin fin. Se supone que este sistema es el antecesor de las orugas de tracción, llamado en inglés continuous track. Era como si el camino se desplaza junto con el megalito.

Entre 1770 y finales del siglo XIX hubo varios inventores que se adjudicaron la creación de un sistema de tracción continuo por cadenas u orugas. En 1770 un tal Richard Lowell Egdeworth se apuntó el mérito de ser el primero en crear algo similar. Pero no debió tener mucho éxito, porque en la década de los 1830, un matemático e inventor polaco llamado Józef Maria Hoene-Wroński se adjudicó el mérito de concebir la idea. En 1826 un matemático inglés llamado Sir George Cayley patentó una oruga continúa, a la que llamó "universal railway", algo así como "vía férrea universal" (The Mechanic's Magazine, 28 January 1826).  En 1837, un inventor ruso llamado Dimitri Zagryazhsky, patentó un invento similar, pero fue incapaz de crear un prototipo, y la patente caducó dos años después. Hasta ahora, mucho dibujo sobre el papel pero nada más. Durante la guerra de Crimea se escribió sobre tractores impulsados por vapor usando el mecanismo de orugas. En 1846, el ingeniero británico James Boydell resgistró una patente de una "rueda de vía férrea sin fin" (endless railway wheel).

En 1877, el ruso Fiodor Blinov diseñó un vehículo para caminos llamado "carromato movido por raíles sin fin." Pero era arrastrado por fuerza animal. El diseño se puede ver aquí. Es de suponer que no debía de atascarse tanto en lodazales. Entre 1881-88, el mismo Blinov creó el perimer vehículo auropropulsado sobre orugas. El vapor era el elemento de propulsión. Este vehículo fue exhibido y probado en una exposición agrícola en 1896. Se puede ver aquí un documento en ruso pero con dibujos del vehículo.

Un inventor estadounidense llamado Henery T. Stith desarrolló un prototipo de un vehículo movido por orugas que fue patentado con varias modificaciones en 1873, 1880 y 1890.

Con la llegada del siglo XX aumentó el interés sobre el tema. Alvin Orlando Lombard, para la firma Lombard Steam Log Hauler (algo así como el arrastrador de troncos a vapor Lombard) creó el primer vehículo autopropulsado y movido por cadenas u orugas y que logró venderlo a nivel comercial. Logró construir y vender 83 de sus máquinas entre 1901 y 1917. Con la apariencia de una locomotora, llevaba como sistema de tracción las orugas atrás y un par de skies en la parte delantera, como se puede ver en esta web. Este invento partía de una concepción básica errónea. Cuando el vehículo iba cuesta abajo, los esquis de la parte frontal aceleraban la máquina. Para eso se inventaron los esquís, para acelerar la marcha cuesta abajo sobre nieve. Para evitar esto, se ponía paja de heno sobre la pista, pero muchas veces los ciervos se la comían antes de que la máquina pasara. Los esquis eran giratorios, por lo que un miembro de la tripulación (eran en total cuatro) debía ir delante montado sobre los esquís para girarlos mediante una rueda en una dirección u otra. Con cuarenta bajo cero en ocasiones, ir delante expuesto al viento convertía al timonel (por llamarlo de alguna manera) en un héroe. En ocasiones acababa ardiendo pues, a pocos centímetros de él, estaba la caldera de la que saltaban muchas chispas. Sin embargo, la Lombard era imbatible en los terrenos llanos y tenía una gran capacidad de propulsión y arrastre, como podemos ver aquí. En algunas ocasiones se protegía al timonel de las chispas construyéndole una cabina, como se puede ver en dos de las fotos.

El parecido entre la Lombard y una locomotora a vapor se puede ver aquí. En la primera de las fotos se puede ver una locomotora a vapor con las tres ruedas motrices encuadradas por un rectángulo rojo. Como vemos, hay otras ruedas más pequeñas pero que no son de tracción, sino para mantener la estabilidad de la máquina. Con estas tres ruedas motices por cada lado, era suficente para la tracción sobre los raíles. La Lombard tenía un concepto similar. Las ruedas motrices fueron sustituidas por orugas pero del mismo tamaño, y para mantener la estabilidad de la máquina, se añadieron delante dos esquís giratorios. Si se hubiesen alargado las cadenas u orugas hasta la cabeza de la máquina, y se hubiese dado la capacidad de giro a las orugas, como en los tanques y en las máquinas de obras públicas modernas, y no al par de esquís, el diseño hubiese sido genial. Pero muchas veces los inventores se dejan llevar por ideas preexistentes, y la concepción de una máquina de vapor para arrastrar troncos pesó demasiado en el ánimo del inventor al diseñar la máquina.

El texto donde HG Wells inventa los tanques se llama The Land Ironclads. Imagino que nunca se habrá traducido al español. Apareció en diciembre de 1903. Hemos visto que habían diseños sobre el papel de orugas o cadenas de tracción del ruso Blinov. Pero Wells, increíblemente, se decantó por otro medio de locomoción llamado pedrail wheel, que en castellano vendría a ser algo así como "rueda con pies". Parece un invento de chiste o de cómic, algo así como los locos inventos del doctor Bacterio. Sin embargo, estas ruedas con pies fueron usadas durante la primera guerra mundial, como por ejemplo, en el cañón Gran Berta, un supercañón usado por los alemanes en la Primera Guerra Mundial. Esta rueda con pies fue inventada por un tal Bramah Joseph Diplock en 1903 y una locomotora con propósitos agrícolas en 1904. Como vemos, la Lombard es anterior por sólo tres años.

¿Que imaginó Wells exactamente? Como vemos, tanto la Lombard como la Diplock estaban destinadas sólo al sector agropecuario como vehículo tractor. Wells publicó su The land Ironclads (Los acorazados terrestres) en dicembre de 1903, cuando Diplock ya había inventado sus "ruedas con pies" pero aún no había inventado su tractor agrícola. Seguramente Wells debió leer un artículo en alguna revista sobre dichas ruedas e imaginó un vehículo acorazado terrestre con cañones. Esto es lo que describió en su The Land Ironclads. Este mismo relato corto de Wells fue publicado por primera vez en la Strand Magazine, como ya he dicho, en su número de diciembre de 1903. Es posible que en esta o en otra revista, Wells leyera un artículo sobre la Diplock. Y probablemente Wells nunca tuviera información de la Lombard hasta después de 1903.

Los tanques, por supuesto, fueron un éxito, pero sobre orugas, no sobre ruedas con pies.Y Wells fue el primero en imaginar un cañón montado sobre un vehículo acorazado terrestre con amplia movilidad sobre el terreno.

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