martes, 28 de junio de 2011

Uppark

En una entrada anterior vimos que Wells pasó unas semanas en Uupark. No sería la única. Como vemos en la página de la Wikipedia en inglés, al final del primer apartado (Early Life, los primeros años), dice:

"Después de cada fracaso, él llegaba a Uppark – el `chelín malo otra vez´, como él decía – y permanecía allí hasta que se convenía una nueva etapa para él. Afortunadamente para Herbert, Uppark tenía una magnífica biblioteca en la que se sumergía, donde leía muchas obras clásicas, incluyendo La República de Platón y Utopía, de Moro. Este podría ser el principio de la aventura de Herbert George Wells en la literatura".

La expresión "el chelín malo" o "el penique malo" hace alusión a la ley de Gresham, llamada así por sir Thomas Gresham, un financiero inglés del siglo XVI, quién se dio cuenta de que las monedas de oro o plata mezcladas con otros metales no "nobles", o raspadas, o arañadas, etc., (cuando circulaban monedas de oro y plata era normal que la gente las raspase para quedarse unas micras del metal precioso), eran las únicas que circulaban en las transacciones, mientras que la gente se guardaba las monedas buenas en casa como ahorro. Hoy en día ocurre lo mismo con los billetes falsos: cuando te cuelan uno, enseguida tratas de endosarselo a otro, con lo que estos siempre andan circulando de mano en mano. Es una expresión peyorativa.

Uppark fue construída por el primer Lord Tankerville alrededor de 1690, posteriormente vendida a sir Matthew Fetherstonehaugh y Lady Sara Fetherstonehaughen en 1747. Este sir Matthew fue miembro del parlamento y primer baronet de Fetherstonehaugh. Tuvieron un único hijo, sir Harry Fetherstonehaugh, quien permaneció soltero la mayor parte de su vida, hasta que ya bastante mayor, se casó con su jovencísima lechera, Mary Anne Bullock, pero primero la mandó a Francia a pulir sus escasos modales, después celebraron la boda, y él, como suele ser habitual, se murió pronto, dejando la desconsolada viuda con una pequeña fortuna. La viuda tenía una hermana más joven, lady Frances Bullock, que al morir su hermana mayor, heredó la mansión y los bienes familiares. Cuando la madre de Wells, Sara Neal (de casada Sara Wells) fue a servir a la casa, fue doncella de Frances, y cuando se casó con José Wells, a su hija la llamó Frances, por su antigua patrona.

Ya vimos que cuando José Wells se rompió la cadera al intentar podar una parra (o según su nieto, intentó suicidarse), los ingresos de la familia, ya escasos de por si, se redujeron hasta el nivel de casi la indigencia. Entonces la familia se disolvió, y Sara Wells volvió a Uppark, ahora como ama de llaves. Para entonces la viuda ya había muerto y la casa era dirigida por Frances. A pesar de que el trato consistía en que Sara no podría llevar allá ni a su marido ni a sus hijos, en ocasiones al hijo menor, nuestro escritor, le fue permitido refugiarse allí entre dos trabajos consecutivos. La primera vez fue a finales de 1880 y principios de 1881. Sin embargo, el enlace de Wikipedia en inglés no dice exactamente toda la verdad. No siempre Uppark fue el destino de Herbert. Antes y después del primer fracaso en la pañería de Windsor de los señores Rodgers y Denyer, HG Wells estuvo en dos ocasiones en Surly Hall, una posada al lado del río Tamesis de su tío Ton Pennicott.

La mansión de Uppark sufrió un incendio el 30 de agosto de 1989 causado por la lámpara de oxiacetileno de un soldador durante una remodelación. Sin embargo, se salvaron la mayoría de los muebles, cuadros y otros enseres. El edificio fue reconstruido, aunque obviamente ya no es el original. Allí ya no vive nadie, las instalaciones anexas, como la vaquería o lechería donde el viejo sir Harry conoció a su futura esposa, ya no existe más, y las tierras de labor donde los aparceros cultivaban sus parcelas de tierra y pagaban la renta anual al propietario, ahora ya no pertenecen más a la propiedad. Uppark se puede visitar, previo pago de la entrada, y se supone que está tal como era en la época en que el adolescente permaneció allí durante temporadas muy cortas. Irónicamente, el hecho de que el hijo del ama de llaves viviera allí durante cortísimos espacios de tiempo, ha hecho que la mansión sea más conocida por ello que por sus detalles arquitectónicos o por las ricas familias que allí vivieron. Probablemente nunca hubiera sido reconstruida si no hubiese sucedido este hecho.

Muchas de las novelas de Wells tienen un pequeño transfondo biográfico. Dos de ellas hacen referencia a esta mansión, como veremos en la próxima entrada.
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