lunes, 12 de septiembre de 2011

La biblioteca del Emporio

Ya he mencionado que El Emporio tenía una biblioteca para sus empleados. Esta principalmente contenía novelas populares. Yo me había impuesto una regla para mi mismo que mantuve durante varios años: nunca leer un libro de ficción o jugar un juego. Esto no es tan pedante como parece. Estaba ávido por aprender, pero conocía la seducción de una buena historia y la perturbación de un juego de realidad. Por eso dediqué los "pedazos" de tiempo libre que tenía para aprender. Por eso dejé las novelas en las estanterías de la biblioteca. Pero también encontré uno o dos libros de otro tipo a los que les debo mucho. Había una de esas compilaciones para los mentalmente hambrientos, que jugaron un papel tan importante en complementar las deficiencias de la educación formal en las comunidades británicas en el siglo XIX. No lo puedo recordar ahora, pero puede que fuera el Cassels Popular Educator - parece que mencioné este libro a Geoffrey West (*) y él llegó rápidamente a la conclusión que lo compré en fascículos. Esto se debió a su deseo por la animación de los detalles. Nunca le dije tal cosa. No tenía el suficiente dinero de bolsillo como para comprar algo en partes. En general, creo que el libro que tengo en mente era algún tomo de alguna enciclopedia de Chambers, una firma de Edimburgo. Recuerdo que tenía grandes resúmenes de varias escuelas filosóficas y de algunas especialidades de las ciencias físicas y biológicas, me imagino que hecha por varios escoceses competentes.


(*) Geoffrey West fue uno de los primeros biógrafos de HG Wells, y uno de los pocos que le conoció en vida. Su libro se llama HG Wells: A Sketch for a Portrait, 1930 (HG Wells: un boceto para un retrato).


Leí estos libros con avidez. Me aclararon muchas cosas y pusieron mis ideas en orden. En aquellos años adquirí un número de herramientas mentales, ejercité mi mente sobre palabras, frases y formas de pensamientos. Me encontré a mí mismo balanceando opuestos como "subjetivo" y "objetivo", "pesimismo" y "optimismo". Medité (con datos insuficientes) sobre las teorías corpuscular y vibratoria de los rayos de luz. Me pregunté, ¿que es la salud? Parece improbable que entonces no encontrara la oposición entre socialismo e individualismo, pero curiosamente, no recuerdo haber pensado en torno al socialismo hasta que leí a Henry George en Midhurst. renuncié a mi temperamental escepticismo ante la Conservación de la Energía y la Selección Natural [con mayúscula inicial en el original]. Dibujé sutiles distinciones entre el panteísmo y el ateísmo.
Comuniqué mis nuevas ideas a West, a Platt y a otros. West fue siempre bueno para discutir ideas, pero Platt era incierto.
"Dios puede estar en todas partes", dijo West, "o Dios puede estar en ninguna parte. Esta es Su mirada hacia afuera. Pero esto no altera el hecho de que tenemos que apilar estas cretonas antes de las once."


El hecho de que HG Wells leyera libros serios en el poco tiempo libre que le quedaba entre telas y toallas significa que tenía una gran necesidad de aprender. Y esto es una de las características de una persona inteligente. Estoy convencido de que Wells no era una persona extremadamente inteligente, pero si que tenía una inteligencia superior a la media. Si 100 es la media de la inteligencia, y 140 ó 150 es la de un genio, Wells seguro que tenía alrededor de 120 ó 130.
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