En la entrada anterior, vimos como Wells escribió en su libro de memorias sobre Platón, al que él consideró como comunista. Ahora vemos que en esos meses en Midhurst también leyó a Henry George.
El libro de Henry George vino a mi como una demostración de laboratorio para revivir una teoría con su historia progresiva de apropiación de la tierra muy simplificada y plausible, su ataque sobre el incremento de las rentas privadas no ganadas y su solución, un impuesto único para hacer de las rentas, un beneficio colectivo. El suyo fue un argumento muy fácil de entender, tal como él lo escribió, y yo era capaz de modificarlo y complicarlo por mi mismo incluyendo varios argumentos que él había excluido. Era bastante fácil pasar de la insistencia de George del derecho inalienable de toda la comunidad a compartir los beneficios de la tierra a los aspectos más simples del interés y de la apreciación monetaria. Me convertí en lo que denominaría un socialista en la fase resentida, y lo que me estaba pasando a mi, le pasaba a millones de la nueva generación en Europa y América. Algo complejo pero tradicional — a lo que llamábamos Sistema Capitalista, aunque no sabíamos realmente lo que era — nos privaba de un puesto en la vida. Pero en ese tiempo y en todo el mundo, no teníamos, en realidad, una idea clara de que esto era culpa, no de un sistema, sino de la falta de un sistema.
No hay comentarios:
Publicar un comentario