[pág. 157]
En realidad, traduzco los dos últimos párrafos del último apartado del Capítulo IV denominado "Paseando con mi padre", pero estos ya no tienen nada que ver con aquel verano que pasó con su padre Joseph antes de ingresar a la universidad. En estos dos últimos apartados Wells narra brevemente los últimos años de sus padres y de su hermano Frank. Hay una pequeña inconsistencia en el orden en que narra Wells estos hechos: en el primer apartado no los narra en el orden cronológico sino que sigue en el orden en que se le vienen a la cabeza.
Pero volvamos al texto del libro:
Cuando Wells murió (13 de agosto de 1946) le faltaban un mes y ocho días para cumplir los ochenta años, así que no pudo batir el récord de longevidad de su familia (nació el 21 de septiembre de 1866). Estaba sentado en un sillón cerca del fuego en su hogar de Hannover Terrace, Regent's Park, Londres y estaba sólo. Murió plácidamente.
En realidad, traduzco los dos últimos párrafos del último apartado del Capítulo IV denominado "Paseando con mi padre", pero estos ya no tienen nada que ver con aquel verano que pasó con su padre Joseph antes de ingresar a la universidad. En estos dos últimos apartados Wells narra brevemente los últimos años de sus padres y de su hermano Frank. Hay una pequeña inconsistencia en el orden en que narra Wells estos hechos: en el primer apartado no los narra en el orden cronológico sino que sigue en el orden en que se le vienen a la cabeza.
Mi padre terminó sus días en una pequeña casita en Liss que pude pagar la renta y, más tarde, comprar para él, y mi madre y mi hermano mayor se unieron a él más tarde. Cuando empecé a prosperar, pude comprar el ménage [en francés en el original] hasta que estuvieron bien confortables hasta que consiguieron alcanzar el nivel de vida al que estaban acostumbrados.Mi hermano Fred, que entonces vivía en Sudáfrica, insistió en pagar su parte. Cuando me rebelé contra la servidumbre de la tienda de paños, mis alaridos de liberación habían sido un ejemplo para mi hermano mayor, quien también lanzó su vara de medir [se refiere a su hermano Frank] . Había formado su ideal de existencia leyendo Bracebridge Hall de Washington Irving y vivió con mi padre en Rogate y después en Liss, y vagaron por el campo reparando, comprando y vendiendo relojes y diciendo tonterías. Si bien no fue particularmente rentable, fue divertido y libre. Hay un cierto parecido entre mi hermano y Mr. Polly, el personaje, no la historia. Mi padre dormía la siesta y, a veces, jugaba al billar en el Club de Liss. [pág. 158] Mi madre se sentó en una ensoñación, se asomaba por la ventana del salón del piso de arriba a mirar a los transeúntes y escribía cartas a Fred y a mi con su letra menuda, se vestía de forma cada vez más parecida a la Reina Victoria y se iba a la iglesia a tomar la Santa Comunión. Mi hermano [Frank] vendía sus relojes y se iba a veces en bicicleta, en ocasiones durante varios días.Esta es la traducción del primer párrafo en el que, sin embargo, hay muchas cosas que aclarar. Creo que será mejor enumerarlas:
- La última vez que hablamos sobre la actividad laboral de Sara Wells estaba de ama de llaves de Uppark. De repente nos la encontramos retirada, que no jubilada, viviendo en Liss (nunca vivió en la casa de Rogate). ¿Que pasó que el escritor no dice? Pasó que Sara Wells fue despedida. Su mente se deterioró un poco más rápidamente que su cuerpo. Se olvidaba las cosas, de repente ya no sabía sumar la cifra de gastos, además teniendo en cuenta que entonces una libra valía 20 chelines y, cada uno de estos, 12 peniques, era más fácil equivocarse que con el sistema decimal que, en el continente, hemos conocido siempre. A ver si es fácil sumar 3l, 17ch y 9p con 2l, 11ch y 8p. Primero hay que sumar los peniques, si pasa de 12, restar 12 y escribir el resto y te llevas 1ch. En este caso sucede así: 9+8=17, 17-12=5; luego hay que sumar los chelines y si procede, lo que llevas, en este caso 17+11+1=29; después, si porcede, hay que restar 20 (29-20=9), escribir el resto y te llevas 1. Después sumar las libras y el resto, si lo hay. En este caso 3+2+1=6. En total da 6l, 9ch, 5p. ¿Fácil? Haz una suma con diez sumandos y verás si es fácil equivocarse o no. Sara Neal nació en 1822 y Sara entró a trabajar como ama de llaves en Uppark en 1880 [en la página 81 dice: "Mi madre entró a trabajar de ama de llaves en Uppark en 1880" - "My mother became housekeeper at Up Park in 1880]. La echaron, la despidieron porque no era capaz de desarrollar su trabajo con eficiencia. Para más inri, se tuvo que ir a vivir a Liss, donde ya vivían su marido José y su hijo Frank. Después de toda una vida de casada discutiendo con su marido, después de varios años viviendo separados, ahora le toca compartir sus últimos años con una persona con la que nunca congenió. Además, Liss y Petersfield son municipios colindantes, y la casa de Liss donde vivía está a apenas un par de millas o tres de Up Park, con lo que sus antiguos subornidados pasaban por su casa de Liss a burlarse de ella y de su pobreza.
- Wells habla primero de la casita de Liss, y después de una casa en Rogate y en otra ocasión posterior de la misma cada de Liss. Evidentemente, primero fue la casa de Rogate, donde vivieron José y Frank Wells, y después fue la casita de Liss, donde al principio vivían los dos juntos, y donde acabó sumándose a vivir Sara Wells. Esta es la inconsistencia temporal de que hablaba.
- HG Wells habla de que Frank y Joseph vagaban "por el campo reparando, comprando y vendiendo relojes y diciendo tonterías." El lector poco avisado supondría que, viviendo en una casa en Rogate, viajaban por el campo comprando y vendiendo relojes y diciendo tonterías. En realidad se habían convertido en unos vagabundos: iban en sendas bicicletas por el campo, vivían de lo que podían, normalmente de la reparación y compra-venta de relojes usados, pero también de cualquiera otra cosa que les permitiera llenar la panza. Dormían donde podían o donde les dejaban, en un cobertizo, en un granero, en una escuela abandonada o, porqué no, en plena calle. ¿Y por qué no vivían en la Casa del Atlas? La respuesta es evidente: porque la vendieron. O mejor dicho, porque Joseph Wells la vendió sin consultar con su esposa. Resumiendo: durante un tiempo Joseph y Frank vivieron en la Casa del Atlas, en Bromley, reparando y mercadeando con relojes usados. ¿Que pasó con la cristalería, la loza y el material de criquet que vendían? Evidentemente se lo comieron, no literalmente, pero vendieron esos productos y se gastaron el dinero en comer. Después de vender la casa, quizás empujados por deudas contraídas, empezaron a hacer lo único que sabían hacer: reparar relojes. Empezaron a vagar por el campo montados en dos bicicletas, yendo de un lugar a otro, sin domicilio fijo. Después alquilaron una casa en Rogate, más bien una cabaña que una casa, lo único que su situación económica les permitía. Después de Rogate, y financiados por HG Wells, se fueron a vivir a una casa pequeña pero una vivienda como la salud requiere en un país tan húmedo como Inglaterra. Lo más asombroso es que, Joseph Wells decide ir a vivir cerca de su mujer. Seguramente buscaba reconciliarse con su mujer. Pero parece que a ella no le gustó la idea. HG Wells dice un par de veces en su autobiografía que su padre y su hermano mayor destacaban por su habilidad manual y que ninguno de los dos era tonto. La única que era un poco dura de entendederas era su madre. En realidad los tres eran unos inadaptados sociales, pero sobre todo, unos inadaptados a los cambios tecnológicos que se produjeron: la máquina de vapor, el maquinismo y las grandes fábricas, la fotografía, la locomotora a vapor y la extensión de la red ferroviaria por todo el país, las vacunas, la extensión de la red de alcantarillado y de suministro de agua potable, la aparición de las grandes ciudades (los tres siempre vivieron en pequeñas localidades cercanas a Londres pero nunca en la gran urbe metropolitana. Tuvieron muchas oportunidades de mejorar pero las desperdiciaron.
Pero volvamos al texto del libro:
En 1905 mi madre resbaló y cayó escaleras abajo y fue herida internamente [se rompió la cadera, hecho que hoy se opera insertando clavos de titanio] y murió unas pocas semanas después. En su última enfermedad, su mente vagaba de vuelta a Midhurst y hacía ruido como si estuviese poniendo la mesa para su padre y contando los puntos a medida que iba tejiendo. Ella falleció como si fuese una niña pequeña otra vez. En 1910 mi padre se despertó una mañana de repente, dio unas cuidadosas instrucciones sobre como hacer budín de sebo a su ama de llaves, la señora Smith, insistió en que debía ser troceado en pedazos muy pequeños, protestó contra los "trozos del tamaño de mi pulgar" y echó un vistazo al Daily Chronicle que ella le había comprado para que estuviese a su disposición al levantarse. Puso los pies fuera de la cama y se deslizó por un lado de la misma y cayó ya como hombre muerto. Hay una irregularidad en el pulso de mi familia, que pierde el ritmo una y otra vez, hasta que desaparece y ese es el final de nosotros. Mi abuelo estaba apoyado en la cancela admirando el ocaso y en ese momento dejó de vivir de forma parecida. La primavera anterior a la fecha en que estoy escribiendo (1933) una parada cardíaca le atacó a mi hermano mayor [Frank], se levantó de la mesa en que estaba desayunando, se tambaleó y cayó muerto. Pero fue un poco prematuro. Sólo tenía setenta y siete, y mi padre y mi abuelo murieron ambos con ochenta y dos. Odiaré dejar el espectáculo de la vida pero debo irme al fin y al cabo, y espero que cuando mi tiempo esté completo, parta en la manera hereditaria. Parece que a pesar de los defectos que tengo, nosotros tenemos una admirable manera de morir.
Cuando Wells murió (13 de agosto de 1946) le faltaban un mes y ocho días para cumplir los ochenta años, así que no pudo batir el récord de longevidad de su familia (nació el 21 de septiembre de 1866). Estaba sentado en un sillón cerca del fuego en su hogar de Hannover Terrace, Regent's Park, Londres y estaba sólo. Murió plácidamente.
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