domingo, 5 de febrero de 2012

Paseando con mi padre II

Fuente.

Un dìa festivo, sin duda lunes de Pentecostès, aprovechamos una oferta para ir a Penhurst a revivir su infancia. Atravesamos el parque desde Tonbridge. Él quería que yo viviera y sintiera la vida libre que había llevado antes de la tienda y que el fracaso le pillara. Quería vivirlo y sentirlo por si mismo otra vez. "Solíamos jugar al criquet aquí — bueno, en cualquier caso estaba exactamente por aquí — hasta que al anochecer perdíamos de vista la bola. Bueno, habían más helechos y menos césped que ahora." Él hablaba de una generación ya desaparecida, los Dukes, nuestros primos, y de una media hermana de la que yo nunca había oído hablar antes. Los dos iban a pescar juntos entre el alba y la hora de comienzo del trabajo. Ella era una chica alta y fuerte que podía correr tanto como él. Así que supongo que sus primeros sueños sobre las mujeres no eran tan diferentes de los mios. Me enseñó donde se sentaba en la iglesia de Penhurst. También me habló muy doctamente sobre el crecimiento de los sauces para hacer palos de criquet y sobre cuanto tiempo era necesario para que un hombre aprendiera a hacer una bola de criquet de primera clase. Fue un gran día para mi padre y para mi.

En aquella época, mi padre era un hombre feliz y agradecido con una aversión singular para controlarse y contenerse (*). Le gustaba hacer cosas inteligentes con su cerebro, sus manos y su cuerpo, pero le aburría resistir y pelear por la existencia de la vida (*). Así era mi hermano mayor Frank. Mi hermano Fred y yo sufríamos la misma presión, pero el mundo nos hizo gestos tan feos, amenazantes y humillantes que desde el principio nos empujábamos hacia delante y nos atornillábamos en la autorrepresión y la lucha hasta que fuimos libres. ¿Fue bueno o malo para nosotros?


Para mi, estas dos frases que he marcado con un asterisco pueden significar una concesión de HG Wells a la teoría del suicidio de su hijo Anthony West. Aunque Wells asegura que ambos eran muy inteligentes, y yo no le pongo en duda porque de algún sitio sacó Wells su inteligencia (y sabemos que de su madre no la obtuvo), tanto su padre como su hermano mayor eran incapaces de controlarse. Yo no entiendo de sicología, pero pienso que alguien que intenta suicidarse y no lo consigue, es una persona sin control de su vida. Pero claro, para llegar a esta conclusión mía, acertada o errónea, es necesario leer el libro de Anthony West sobre su padre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario