Unamuno tenía más de 160 obras de autores ingleses, tanto de novela como de intelectuales. Además, tenía obras de autores de los Estados Unidos. Se han realizado varios estudios tanto de la influencia británica sobre el pensamiento del autor nacido en Bilbao, como de su recepción en la pérfida Albión. Entre estos estudios destaca el de José Luis Mora García, profesor de Pensamiento Español en la Universidad Autónoma de Madrid. Pero ninguno menciona las lecturas de Unamuno de obras de HG Wells. Sin embargo, Unamuno cita más de una vez a Wells y este, a su vez, escribió un ensayo sobre el primero.
Unamuno nació dos años antes que Wells, en 1864, pero en realidad fue un estudiante universitario muy precoz. Unamuno y Wells dibujaban bastante bien, y Unamuno intentó aprender a pintar en el taller bilbaíno de Antonio Lecuona, pero desistió porque no dominaba el color. Unamuno, a diferencia de Wells, acabó la Universidad a los 19 años, en 1880, en el mismo año en que Wells empezó la universidad, pero el escritor británico no consiguió el título de biología hasta mucho más tarde, cuando ya era famoso y rico. Unamuno estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid o Universidad Central, como también se la llamaba entonces. Es de suponer que su padre, Féliz de Unamuno Larraza, que a la sazón era comerciante, le financió los estudios. A Wells los estudios se los financió el gobierno británico mediante una beca que no le permitía comer (cobraba una libra semanal), con lo que adelgazó mucho y pasaba hambre. Unamuno se gradúa el 21 de julio de 1.883, unos meses antes de cumplir los 20. Realiza su examen de grado de dicha licenciatura con la calificación de sobresaliente. Wells se decanta por una ciencia como la biología y Unamuno por la filosofía. Pero ambos escribieron artículos para diarios de su zona: Unamuno para el Noticiero de Bilbao, Wells para el Pall Mall y otros diarios de un mismo propietario editorialista, el conde de Northclife. Pero Unamuno pronto se decanta por la enseñanza en Universidades y Wells, por no tener el título de biólogo, hacía trabajos para otros compañeros que si acabaron sus estudios, como dibujar animales y diagramas sobre biología. También daba clases, primero clases particulares, después en una cadena de academias. Wells empezó a escribir artículos periodísticos sobre lo que más conocía, la ciencia en general y la biología en particular. Pero la necesidad le obligó incluso a escribir alguna crítica teatral. Sus primeras novelas tienen algo que ver con la ciencia. La Máquina del tiempo, El hombre invisible, La isla del doctor Moreau, La guerra de los mundos, Los primeros hombres en la Luna y otras. Sin embargo, la tesis doctoral de Unamuno trata del euskera: Crítica del problema sobre el origen y prehistoria de la raza vasca. Wells hizo muchas predicciones, y acertó varias de pleno (como el papel de la aviación en la guerra) y otras sólo a medias (las aceras mecánicas, que se plasman en las escaleras mecánicas y en los pasillos mecánicos del aeropuerto de Barajas, pero que no son generales, como pensó Wells). Sólo conozco una predicción de Unamuno, la desaparición de la lengua vasca, que aunque no acertó, el franquismo no estuvo muy lejos de lograrlo, ya que apenas era usada en las grandes ciudades vascas. En cuanto a opiniones políticas, ambos empezaron como socialistas. Unamuno fue diputado en Madrid durante la Segunda República en las elecciones del 12 de abril de 1931. Unamuno proclama la república en Salamanca el 14 de abril de 1931, donde vivió la mayor parte de su vida. Wells formó parte de la Sociedad Fabiana, agrupación socialista elitista. Intentó cambiar las normas de admisión de la misma para abrirla a las masas, logró que se debatiera, pero perdió y la abandonó. Wells intentó dos veces ser elegido a la Cámara de los Comunes, pero fracasó.
Wells era izquierdista pero a su manera. Creía que la ciencia y la educación podrían mejorar a la especie humana, y que los seres humanos pueden y deben mejorar la raza humana. Publicó sus pensamientos sobre el tema en 1901 en Anticipations, obra que Unamuno leyó y estudió (en el original en inglés).
Si las primeras novelas de Wells eran de ciencia-ficción, pronto se dedicó a escribir obras de contenido y críticas sociales. Polemizó largamente sobre este tipo de temas con los escritores Henry James y George Bernard Shaw, autores ambos muy leídos por Unamuno.
Curiosamente, las obras de Wells tardaron muchos años en ser traducidas y publicadas en España. Las primeras novelas de Wells sólo fueron conocidas en Barcelona (y digo bien, Barcelona y no Cataluña) a través de las traducciones francesas. La ciudad condal tenía, a fines del XIX y principios del XX, una élite intelectual que sabía hablar, leer y escribir en francés. Muchos de ellos viajaban tanto como podían a París a ver espectáculos teatrales y comprar libros en francés. Eran un poco cursis y esnobs, pero introdujeron las primeras novelas de Wells en España.
Las primeras traducciones al español fueron realizadas entre 1921 y 1926. No sólo se publicaron sus obras más famosas y conocidas, sino también algunas que hoy no se leen, como El salvamento de la civilización o El ensueño.
Cambiando un poco de tema, HG Wells y Unamuno pudieron conocerse en la Residencia de Estudiantes, experimento educativo español a modo y semejanza de los colleges universitarios británicos. Nacida en 1910 como fruto de las ideas del krausista Francisco Giner de los Ríos, su intención era educar a los hijos de la élite dirigente liberal. La Residencia pretendía establecer la convivencia entre estudiantes venidos de fuera de la capital y sus profesores para que, en un ambiente intelectual de camaradería, potenciar al máximo las capacidades de los alumnos. Fueron profesores o alumnos o simplemente, acudieron a dar conferencias, gente como José "Pepín" Bello, Salvador Bacarisse, José Moreno Villa, Severo Ochoa, Alfonso Reyes Ochoa, Menéndez Pidal, Nicolás Achúcarro, Ortega y Gasset, Alberto Jiménez Fraud, Miguel de Unamuno, Blas Cabrera, Jorge Guillén, Ramón y Cajal, Juan Ramón Jiménez, Federico Gracía Lorca, Rafael Alberti, Manuel de Falla, Pedro Salinas, Blas Cabrera, Eugenio d'Ors, Manuel Altolaguirre, Salvador Dalí y Luis Buñuel.
En la Residencia de Estudiantes convivían humanistas y científicos. Había un Laboratorio de Química Fisiólogica, otro de Histopatología Nerviosa y un Laboratorio de Fisiología, y en algunos de ellos trabajó Ramón y Cajal, que además escribía cuentos de ciencia ficción.
La Residencia de estudiantes era además 100 por 100 pro británica. El embajador inglés de los años 20 y el comité Hispano-Inglés fueron los mayores promotores de la Residencia y realizaban actividades culturales en ella. El Comité instaló una biblioteca enteramente en inglés en la Residencia y concedió becas e intercambio de visitas. También se encargó de realizar visitas de ilustres personajes británicos, como J. M. Keynes, G. K. Chestertón y nuestro biografiado, HG Wells. HG Wells estuvo varias veces en España y en concreto, una vez en la Residencia de Estudiantes, local que visitaba Unamuno con frecuencia. Pero nunca se ha podido saber si realmente se encontraron.
Unamuno nació dos años antes que Wells, en 1864, pero en realidad fue un estudiante universitario muy precoz. Unamuno y Wells dibujaban bastante bien, y Unamuno intentó aprender a pintar en el taller bilbaíno de Antonio Lecuona, pero desistió porque no dominaba el color. Unamuno, a diferencia de Wells, acabó la Universidad a los 19 años, en 1880, en el mismo año en que Wells empezó la universidad, pero el escritor británico no consiguió el título de biología hasta mucho más tarde, cuando ya era famoso y rico. Unamuno estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid o Universidad Central, como también se la llamaba entonces. Es de suponer que su padre, Féliz de Unamuno Larraza, que a la sazón era comerciante, le financió los estudios. A Wells los estudios se los financió el gobierno británico mediante una beca que no le permitía comer (cobraba una libra semanal), con lo que adelgazó mucho y pasaba hambre. Unamuno se gradúa el 21 de julio de 1.883, unos meses antes de cumplir los 20. Realiza su examen de grado de dicha licenciatura con la calificación de sobresaliente. Wells se decanta por una ciencia como la biología y Unamuno por la filosofía. Pero ambos escribieron artículos para diarios de su zona: Unamuno para el Noticiero de Bilbao, Wells para el Pall Mall y otros diarios de un mismo propietario editorialista, el conde de Northclife. Pero Unamuno pronto se decanta por la enseñanza en Universidades y Wells, por no tener el título de biólogo, hacía trabajos para otros compañeros que si acabaron sus estudios, como dibujar animales y diagramas sobre biología. También daba clases, primero clases particulares, después en una cadena de academias. Wells empezó a escribir artículos periodísticos sobre lo que más conocía, la ciencia en general y la biología en particular. Pero la necesidad le obligó incluso a escribir alguna crítica teatral. Sus primeras novelas tienen algo que ver con la ciencia. La Máquina del tiempo, El hombre invisible, La isla del doctor Moreau, La guerra de los mundos, Los primeros hombres en la Luna y otras. Sin embargo, la tesis doctoral de Unamuno trata del euskera: Crítica del problema sobre el origen y prehistoria de la raza vasca. Wells hizo muchas predicciones, y acertó varias de pleno (como el papel de la aviación en la guerra) y otras sólo a medias (las aceras mecánicas, que se plasman en las escaleras mecánicas y en los pasillos mecánicos del aeropuerto de Barajas, pero que no son generales, como pensó Wells). Sólo conozco una predicción de Unamuno, la desaparición de la lengua vasca, que aunque no acertó, el franquismo no estuvo muy lejos de lograrlo, ya que apenas era usada en las grandes ciudades vascas. En cuanto a opiniones políticas, ambos empezaron como socialistas. Unamuno fue diputado en Madrid durante la Segunda República en las elecciones del 12 de abril de 1931. Unamuno proclama la república en Salamanca el 14 de abril de 1931, donde vivió la mayor parte de su vida. Wells formó parte de la Sociedad Fabiana, agrupación socialista elitista. Intentó cambiar las normas de admisión de la misma para abrirla a las masas, logró que se debatiera, pero perdió y la abandonó. Wells intentó dos veces ser elegido a la Cámara de los Comunes, pero fracasó.
Wells era izquierdista pero a su manera. Creía que la ciencia y la educación podrían mejorar a la especie humana, y que los seres humanos pueden y deben mejorar la raza humana. Publicó sus pensamientos sobre el tema en 1901 en Anticipations, obra que Unamuno leyó y estudió (en el original en inglés).
Si las primeras novelas de Wells eran de ciencia-ficción, pronto se dedicó a escribir obras de contenido y críticas sociales. Polemizó largamente sobre este tipo de temas con los escritores Henry James y George Bernard Shaw, autores ambos muy leídos por Unamuno.
Curiosamente, las obras de Wells tardaron muchos años en ser traducidas y publicadas en España. Las primeras novelas de Wells sólo fueron conocidas en Barcelona (y digo bien, Barcelona y no Cataluña) a través de las traducciones francesas. La ciudad condal tenía, a fines del XIX y principios del XX, una élite intelectual que sabía hablar, leer y escribir en francés. Muchos de ellos viajaban tanto como podían a París a ver espectáculos teatrales y comprar libros en francés. Eran un poco cursis y esnobs, pero introdujeron las primeras novelas de Wells en España.
Las primeras traducciones al español fueron realizadas entre 1921 y 1926. No sólo se publicaron sus obras más famosas y conocidas, sino también algunas que hoy no se leen, como El salvamento de la civilización o El ensueño.
Cambiando un poco de tema, HG Wells y Unamuno pudieron conocerse en la Residencia de Estudiantes, experimento educativo español a modo y semejanza de los colleges universitarios británicos. Nacida en 1910 como fruto de las ideas del krausista Francisco Giner de los Ríos, su intención era educar a los hijos de la élite dirigente liberal. La Residencia pretendía establecer la convivencia entre estudiantes venidos de fuera de la capital y sus profesores para que, en un ambiente intelectual de camaradería, potenciar al máximo las capacidades de los alumnos. Fueron profesores o alumnos o simplemente, acudieron a dar conferencias, gente como José "Pepín" Bello, Salvador Bacarisse, José Moreno Villa, Severo Ochoa, Alfonso Reyes Ochoa, Menéndez Pidal, Nicolás Achúcarro, Ortega y Gasset, Alberto Jiménez Fraud, Miguel de Unamuno, Blas Cabrera, Jorge Guillén, Ramón y Cajal, Juan Ramón Jiménez, Federico Gracía Lorca, Rafael Alberti, Manuel de Falla, Pedro Salinas, Blas Cabrera, Eugenio d'Ors, Manuel Altolaguirre, Salvador Dalí y Luis Buñuel.
En la Residencia de Estudiantes convivían humanistas y científicos. Había un Laboratorio de Química Fisiólogica, otro de Histopatología Nerviosa y un Laboratorio de Fisiología, y en algunos de ellos trabajó Ramón y Cajal, que además escribía cuentos de ciencia ficción.
La Residencia de estudiantes era además 100 por 100 pro británica. El embajador inglés de los años 20 y el comité Hispano-Inglés fueron los mayores promotores de la Residencia y realizaban actividades culturales en ella. El Comité instaló una biblioteca enteramente en inglés en la Residencia y concedió becas e intercambio de visitas. También se encargó de realizar visitas de ilustres personajes británicos, como J. M. Keynes, G. K. Chestertón y nuestro biografiado, HG Wells. HG Wells estuvo varias veces en España y en concreto, una vez en la Residencia de Estudiantes, local que visitaba Unamuno con frecuencia. Pero nunca se ha podido saber si realmente se encontraron.
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