lunes, 7 de mayo de 2012

El Hombre Invisible y la Mano Invisible VI

Para entender la hostilidad de Wells hacia el hombre invisible y el orden capitalista que éste representa, el hombre invisible puede ser visto como un autoretrato de Wells. Como su creador, Griffin es un hombre adelantado a su tiempo, tan adelantado que el público no comprende su genio. Griffin nos puede servir para dar un vistazo al lado más oscuro de su creador revelando más de lo que este desea revelar de su propia psicología. Griffin piensa de si mismo que es un dios entre los hombres — es más, juega a ese papel con el sirviente que adopta, Thomas Marvel, que incluso se dirige a él como "Señor". Especificamente, Griffin se ve a símismo como un superman al estilo de Nietzsche, elevándose por encima de las restricciones morales convencionales que el hombre ordinario se ve compelido a observar. Pero al mismo tiempo, Griffin es un estudio brillante de lo que Nietzsche llamó ressentiment. De alguna manera, el esquema de invisibilidad es un intento de compensar sus profundos sentimientos de inferioridad, inadaptación e impotencia. Viniendo de orígenes humildes, siempre corto de dinero, Griffin es un caso clásico de un hombre que trata de subir en la sociedad gracias a su ingenio; quiere desesperadamente "volverse famoso de golpe". Tiene celos de los otros investigadores y es paranoico, hasta el punto que roba sus descubrimientos. Griffin se demuestra obsesionado con las pequeñas fustraciones, principalmente por la monotonía de su carrera como profesor, continuamente rodeado de estudiantes tontos y con grandes lagunas en sus estudios, y siempre bajo la constante presión de publicar algo bueno o terminar su carrera como investigador.

En resumen, Griffin se siente terriblemente subestimado por la sociedad. Él sabe que es más inteligente que la gente que le rodea, pero muchos de ellos ganan más que él u obtienen mejores posiciones sociales. Para su gusto, la sociedad no recompensa suficientemente la inteligencia. Cuando descubre como hacerse invisible, usa su inteligencia para obtener recompensas y privilegios que la sociedad le ha estado negando. Griffin tiene que demostrar algo, tal como dice a los habitantes de Iping: "No entendeis quién o qué soy. Os lo demostraré ¡Por Dios! Os lo demostraré." Griffin siente un profundo desprecio por los hombres ordinarios, a los que considera muy por debajo de él en la cualidad que él más estima: la inteligencia. Por eso se siente frustrado cuando un hombre ordinario como Marvel puede interferir en sus planes: "¡Pese haber trabajado durante años, haberlo planificado y trazado todo, entonces se cruza en tu camino un idiota miope y torpe y lo estropea todo! Cualquier criatura estúpida creada ha sido enviada para cruzarse en mi camino." El desprecio que siente Griffin por la estupidez del hombre común significa el desprecio que siente por la economía de mercado y la manera en que esta distribuye la riqueza. Después de todo, es la economía de mercado que le ha negado su recompensa que él piensa que se merece. El principal uso que hace Griffin de la invisibilidad es redistribuir la riqueza, tomándola de sus dueños establecidos y enviándola en su propia dirección. Hasta el punto en que el hombre invisible busca deshacer la injusticia de la economía de mercado que, desde su punto de vista, no recompensa suficientemente el mérito, por lo que él mismo debería clasificarse como socialista.

Yo he presentado al hombre invisible de Wells como un símbolo del capitalismo y, de otro lado, como símbolo del socialismo: una contradicción obvia. Pero pienso que la contradicción está en la propia novela de Well, que describe a su figura central de una manera inconsistente. Wells intentó dar un retrato de la mentalidad capitalista en la figura del hombre invisible, pero evidentemente, puso demasiado de si mismo en su protagonista y, al mismo tiempo, retrato la mentalidad de un visionario político, un hombre que intenta rehacer el mundo para encuadrarlo en su imagen de un orden social justo. Más aún, en varios puntos de la novela, el hombre invisible suena más como un radical revolucionario que como un hombre de negocios capitalista. Griffin concibe la idea de un reino de terror para establecer y consolidar su poder: "¡Port Burdock ya no está más bajo el poder de la Reina... está bajo el mio, el Terror! Este es el día uno, del año uno, de una nueva época, la época del Hombre Invisible. Yo soy el Hombre Invisible I." Dificílmente este pueda ser considerado el lenguaje del mercado libre. El lenguaje de la proclamación de Griffin de una nueva época es, de hecho, el lenguaje de un totalitarismo revolucionario.

Reclamando la capacidad de espiar en cualquier esquina de la sociedad y el derecho a ejecutar a cualquiera que él elija, el hombre invisible se vuelve la imagen en el espejo de un régimen que todo lo ve sin ser visto, un régimen totalitario. Su modelo de orden no es el del mercado libre, sino el de una monarquía absoluta. Al proclamarse a sí mismo como el Hombre Invisible I, Griffin sólo está llegando a la conclusión lógica de su creencia en su superioridad mental. Él es más inteligente que todos los demás hombres, por lo tanto, él debe ser capaz de gobernar y ordenar sus vidas. De alguna manera, el hombre invisible se convierte en una fuerza profundamente atávica, que quiere llevar a Inglaterra a su pasado antiliberal, sustituyendo las fuerzas de mercado espontáneas que emergen desde abajo por el gobierno de un sólo hombre desde arriba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario