domingo, 21 de agosto de 2011

Midhurst otra vez

En la entrada: "¿Que será de mí?" de este blog, dijimos que Wells volvió a Midhurst, a la escuela de secundaria. Se hospedó, al igual que la otra vez, en la casa de la escuela, donde vivía la familia Byatt. Pero antes pasó por una crisis vital, por decirlo así. Simplemente el chico no aguantaba más sin poder leer libros.

Llegué a una crisis vital de mi vida [en castellano es una redundancia innecesaria, pero en inglés no, ya que vital se escribe igual en los dos idiomas, pero vida en inglés es life]. Estaba extaordinariamente desesperado, y me enfrenté a los contratos vinculantes y a las protestas maternas. Me porté de modo parecido a un conejo desesperado que, al final, se revuelve y muerde. Un conejo perseguido en una caería que se da la vuelta, y ante el asombro de todos, derrota a sus perseguidores. Había descubierto lo que iban a ser, durante algunos años, para mi los dos principios rectores de mi vida. "Si quieres algo lo suficiente, tómalo sin importar las consecuencias", fue el primero, y el segundo fue: "Si la vida no es lo suficiente buena para ti, cámbiala, no soportes una forma de vida triste y monótona, porque después de todo, si luchas y sigues luchando, lo peor que te puede pasar es es la derrota, y esta solo es de verdad al final, la muerte, que es el fin de todo".

Como la amenaza de suicidio no surtió efecto, Wells hizo algo que, aunque asegura no recordar (los psicólogos dicen que solo recordamos las cosas bonitas de la vida, y que la mente tiende a olvidarse de las peores), fue la gota que colmó el vaso. Ni dice lo que hizo, ni dice si fue un error o algo deliberado, pero lo cierto es que se ganó un gran rapapolvo. Un domingo por la mañana se levantó temprano y, sin desayunar, se fue caminado hasta Uppark (17 millas, unos 25 kilómetros) y le dijo a su madre que las cosas en la pañería se habían vuelto intolerables para él. La escena aparece, según él (yo no he leído esa obra), en Tono Bungay. Wells apareció en medio de la procesión de sirvientes que volvían a Harting Hill desde la iglesia de Harting. Dice que dijo: "Cu-cu, mami".

The bad shilling back again! - ¡El chelín malo, de vuelta otra vez!

Sin embargo, aún tuvo tiempo de ser ingrato. Después de cancelar la deuda del contrato, Mr. Hyde le pidió, por favor, que se quede un mes más, porque la llegada del verano acrecentaba las ventas, y necesitaban la ayuda de, incluso, un incompetente como él para el comercio. Era perfectamente posible, ya que las clases en Midhurst, como en el resto del país, no empezaban hasta septiembre. Pero él no estaba dispuesto a renunciar a un mes de lecturas veraniegas en Uppark, donde ya dijimos, había una hermosa y nutrida biblioteca.

Y así es como llegó de nuevo, después de dos años de ausencia, a Midhurst.

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